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Outdoor Bondage. Volvimos a quedar con Sweet Foxy para hacer sesiones de fotos bondage, y nos ha encantado volver a quedar con ella. Es maravillosa. Hace ya años que yo no repetía sesiones con la misma modelo. ¡Ya ni me acuerdo de esos tiempos pasados! Debería de ser por la era de los trogloditas y la Prehistoria como mínimo. Desde nuestros principios profesionales con el bondage, que fue con un blog cutre por el año 1997 más o menos, la gente ha cambiado mucho. Mis seguidoras, seguidores y visitantes, ya sabéis que me da asco la gente. Nunca lo he escondido. Es desde pequeño, así que es una pieza vital y fundamental de mi carácter y mi personalidad, pero desde nuestros comienzos a las fechas actuales la gente ha cambiado a peor. ¡A mucho peor! No sé si son los móviles, la comida, o es que la humanidad ha dejado de evolucionar y hay un fallo genético que vuelve a la humanidad más idiota, pero la sociedad va para atrás a un ritmo de vértigo. "Atada con un bondage suspensión en el bosque" Lo hemos podido comprobar con los políticos autoritarios ordenando a la gente encerrarse en su casa, y la gente obediente se ha puesto globitos en el balcón, y dibujos de mierda y música hortera a todo volumen, felices y contentos de estar encerrados en su casa sin salir. ¡Surreal! ¡Inimaginable! Les dicen a la gente que aplaudan, y se ponen en los balcones y ventanas como focas amaestradas en un concurso patético de ver quién aplaude más fuerte, más tiempo, con las palmas de las manos al rojo vivo que les va a salir humo y todo. Les obligan a que se pongan mascarillas, y he visto gente andando por el monte, solos, pero solos reales, únicamente los vi a cien metros de distancia, buscando setas o espárragos o de excursión, y llevaban puesta la mascarilla apretada a lo bestia contra el morro, que les va a cortar el riego sanguíneo. He visto gente llevando mascarillas mientras conducen solos en el coche, sin compañía, ellos solos en el coche, ¡que yo me pregunto qué coño hacen si van solos!, o gente corriendo a pleno sol con la mascarilla subida hasta las cejas y apretada que se van a poner en peligro de deshidratarse y asfixiarse, o padres que les han puesto a sus bebés en cochecitos con mascarilla y pantalla de plástico. ¡Triste, decepcionante y esperpéntico! En mi opinión, estoy plenamente convencido de que la humanidad ha sembrado la semilla de su extinción, y no lo digo ni en broma ni exagerando. Es mi opinión real y en serio. Ya escribí un artículo sobre este tema que está publicado en la sección Opinion de mi web. De todos modos, tampoco voy a perder tiempo en hablar las idioteces de esta sociedad, porque no terminaría nunca de escribir, y vamos a lo divertido, que es el bondage, y os voy a explicar el día fascinante y guapo que pasamos con Sweet Foxy haciendo fotos bondage, y una de las sesiones de ese día fue esta suspensión bondage en el bosque atada a las ramas del árbol. Todo el mérito de la sesión es de la modelo. Lo hizo genial, de matricula de honor, porque esta es una suspensión dolorosa. Yo siempre advierto que mis suspensiones pueden ser un poco dolorosas, pero también digo que hay tatuajes muy dolorosos cuando se hacen, que el pinchazo de las inyecciones duele, y ya de los dentistas ni hablo. ¡Yo no voy a los dentistas! ¡Eso es la tortura de la Inquisición! ¡No, no, que es broma! ¡Un saludo para los dentistas! ¡Eso sí, dentistas, no me esperéis! Para mí, la parte imprescindible en bondage es siempre la seguridad. Las modelos vienen intactas, sanas y perfectas, y se tienen que ir intactas, sanas y perfectas. Eso signfica que yo pongo las cuerdas y hago las ataduras pensando en la seguridad de la modelo, pero siempre advierto que alguna cuerda atada puede ser dolorosa, pero tampoco hay para tanto. No se llora de dolor, que esto no es el dentista. ¡Pobres dentistas! ¡Que mala fama tienen! Pero yo prefiero cien sesiones de bondage que ir una vez al dentista. De pequeño me decían los dentistas que abriera la boca, que sólo querían mirar, pero con ese hierro en pincho en la mano del dentista yo les decía que no, que iba a abrir la boca su madre, que yo no, le decía al dentista. En las suspensiones, las ataduras dolorosas suelen ser casi siempre en brazos y muñecas. Son zonas sensibles, y por ejemplo el húmero, que es el hueso superior del brazo, donde el bíceps para entendernos, tiene muchas terminaciones nerviosas, y además es el cuarto hueso más grande del cuerpo humano. Esas son las zonas habituales de dolor, junto a costillas y muñecas, y le pregunté a la modelo que, en una escala del 1 al 10, cuánto le dolía. Me comentó Sweet Foxy que un 3. ¡Bien! Estaba fuerte, animada, decidida, y con una actitud insuperable y espectacular. Le pregunté si lo podía aguantar cinco minutos, y me dijo que sí. Siempre pregunto la opinión de la modelo en las fotos, porque la opinión imprescindible es la de la modelo. Es la única opinión importante en las sesiones bondage. La modelo manda, y su opinión es sagrada en la sesión de fotos. Las opiniones de la gente, conociéndome a mí, ya sabéis que me importan una mierda, y mucho menos de esa gente que está sentada en el sofá tocándose los huevos y que buscan mil excusas vulgares y baratas para justificar sus miedos y sus tonterías. ¡Valor cero a las opiniones de la gente! La única opinión válida, importante y sagrada, en las fotos bondage, es la de la modelo. Sweet Foxy lo hizo espectacular, y aguantó mucho más de cinco minutos. Concretamente, aguantó 7 minutos y 24 segundos, que fue lo que duró las fotos, pero luego aguantó los tres minutos que tardé en desatarla, y a esto hay que sumar las peripecias para subir la suspensión, porque la corteza no es lisa, el terreno está inclinado, y esto no es el salón de casa, pero siempre está Thyffany que me va ayudando. Thyffany es la paciencia, el mimo, la suavidad, la elegancia, mientras que yo soy más el búfalo o el jabalí salvaje de puro nervio que embiste todo por delante. También la modelo que me va comentando lo que le molesta y lo que no, y siempre hay que corregir las ataduras que le molestan a la modelo. Aquí no hay debates. ¡No, no! Las ataduras que le molestan a la modelo se cambian por otras ataduras. La sesión salió perfecta, nos lo pasamos muy bien, y es bonito ver esa esencia de los viejos tiempos con aquel ambiente de las modelos atrevidas en nuestros épocas pasadas. Esto sí es bondage. Esto sí es actitud. Esto sí es ser modelo. Esto sí es diversión. |