Normas de conducta para locales interiores en mis fotos bondage

Me encanta el outdoor bondage, los parajes en exteriores, paisajes, montañas, bondage atada en el agua, e incluso muchos escenarios distintos al aire libre, pero hace años también trabajaba sesiones bondage en locales interiores, como gimnasios, billares o incluso en una ocasión hicimos un local de ajedrez.

Ahora ya hace un par de años que no he hecho ninguna sesión en interiores, porque en las montañas es mucho más divertido y maravilloso. Me encanta la naturaleza. Me crie rodeado de naturaleza, y vivo la mayor parte de mi vida rodeado de bosques, animales, ríos y montañas, aunque por cuestiones laborales de vez en cuando tenga que pasar tiempo en la asquerosa ciudad de mierda.

En esos momentos es cuando hago fotos en interiores, pero las fotos en locales interiores tienen sus riesgos, porque no son locales míos. Yo no soy el propietario, y es lógico entender que el propietario quiere garantizar el bienestar de su local, pero yo no lo conozco, no tengo confianza en él, y él conmigo tampoco.

Esto hace que sea obligatorio decretar una serie de normas y seguridad para que las fotos bondage y la sesión salgan perfectas y sin problemas, y os voy a explicar cuáles son las normas principales y estándar para todos los locales, sin distinción de si es hombre o mujer, joven o anciano, o el tipo de negocio que sea.

"Sólo permito la presencia de una única persona vinculada al local"

En sesiones hechas en talleres, gimnasios, locales o negocios particulares, permito la presencia en el lugar de una única persona, bien sea el propietario o propietaria del local, o una persona del local, pero sólo permito UNA persona, y con condiciones.

Permito la presencia del propietario porque comprendo perfectamente que tiene que haber una persona del negocio, la tienda, el taller o lo que sea. No es mío el local. Yo no soy el propietario de estos escenarios, y no tengo la llave. Yo no abro la puerta. Yo no cierro la puerta. No sé dónde están los interruptores, y en caso de haber algún apagón en el sistema eléctrico yo tampoco sé dónde está el automático.

También comprendo una lógica precaución por parte del propietario, por si tiene miedo de que le vayamos a robar, o a romper algo, o cambiar los muebles de sitios, o pintar las paredes, o montarnos una fiesta en plan discoteca. La desconfianza es natural y es mutua.

Esta persona debería de ser el propietario o la propietaria, pero las sesiones son en horarios cerrados al público, y a lo mejor no tiene ganas de estar en el local, por lo que en algunos casos me han comentado que envían a su socio o el chico o la chica que trabaja en el lugar. Me da igual quien sea, mientras sea mayor de edad y sea, repito, una única persona.

"Está prohibido cualquier tipo de visitas"

Están prohibidas las visitas de ningún tipo. ¿Qué ocurre si llaman al timbre? No entra nadie. El local está cerrado al público. Sólo está usando por nosotros para hacer las fotos, y no entra nadie, absolutamente nadie. Nadie debe de traer nada, porque repito, es horario cerrado al público. No está permitida su entrada a nadie.

Tampoco es el momento de querer aprovechar y cambiar los enchufes o decirle al paleta amigo que venga y repare la pared, o el pintor para que pinte las paredes. El local está abierto única y exclusivamente por nosotros, y no entra nadie. Ni mensajeros, ni paletas, ni pintores, ni nadie que venga a traer la barra de pan, o llaves o la burrada que sea. Nadie.

"Está prohibido mirar la sesión de fotos"

Está prohibido estar presente y mirando en el espacio donde estamos haciendo las fotos. El propietario puede quedarse en su despacho, sentarse en mostrador, y jugar con el ordenador a videojuegos, o mirar porno, o lo que quiera, pero no puede venir a mirar qué estamos haciendo. Esto no es un circo. Esto no es el zoo. Esto no es el teatro. No hay nada que mirar. Si quiere verlo, ya verá las fotos cuando se publiquen en la web.

Debe de estar en una sala distinta donde está la modelo. Es decir, si estamos en un gimnasio y nosotros estamos haciendo las fotos atada en las máquinas de pesas, la persona debe de estar en la planta superior, o en su despacho, o donde quiera, ajeno a nosotros y a la vista.

Tampoco se puede pasar por la zona de la sesión fotográfica bajo ningún concepto. La excusa tonta, infantil, inmadura y estúpida, de querer barrer el despacho y decir que tiene que pasar para buscar la escoba en el cuarto trasero es antigua y penosa. No se pasa por ninguna razón. Ninguna. Cero. Ni escoba, ni luz, ni que no recuerda dónde están las llaves, y centenares de miles que se le ocurran. No pasa nadie, no entra nadie, no viene nadie, no mira nadie, bajo absolutamente ningún concepto.

"Está prohibido hablar con las modelos"

"Prohibido hablar con las modelos"

Esto seguro que os parece llamativo, pero os lo explico muy fácil.

Yo soy el responsable de las fotos. Yo soy el responsable de la sesión fotográfica. Yo tengo la idea. Yo escojo el lugar. Yo hablo con los propietarios para pedir permiso, reservar fecha, horario, y tiempo de duración. Yo soy el autor de las fotos, de la web, de los textos. Yo escribo los correos. Por lo tanto, cualquier problema, consulta, comentario, duda, siempre conmigo.

La modelo está allí para cumplir con una sesión fotográfica que hemos acordado y pactado ella y yo, y es una modelo. No es un ligue, no es una amiga, no es una cita. Es una modelo, y el director de la película, por decirlo de algún modo, soy yo. Se habla con los directores. No se habla con los actores. ¡Es lo mismo!

"Está prohibido hacer fotos y grabar"

Yo soy la única persona autorizada para hacer fotos y vídeos. Está terminantemente prohibido hacer cualquier tipo de fotos o vídeos, ni con cámara, ni con los móviles, ni con cualquier otro dispositivo, ni de la sesión, ni de nosotros, ni de la modelo, ni nada relacionado con nosotros. No somos un museo. No somos un cuadro. No somos un monumento arquitectónico.

Hay un punto que siempre me hace debatir y dudar, que son las cámaras fijas de seguridad instaladas en el local. Muchas de estas cámaras son circuito cerrado, y su almacenamiento está regulado por ley. Se lo recuerdo a los propietarios, y les prohíbo el uso de las imágenes. Está prohibido su publicación, difusión, distribución, copia, y cualquier otro que no sea ponerlas a disposición judicial como prueba de presuntos delitos. No es el caso, y por lo tanto, su uso es cero ¡Ninguno! Siempre se lo recuerdo a los propietarios.

Es cierto que este punto de las cámaras de seguridad me genera dudas, pero mi respuesta contundente está preparada si incumplen los acuerdos.

"Están prohibidos los comentarios machistas, racistas, sexistas y ofensivos"

En nuestro país hay una parte de humor ridículo, patético, grosero, subnormal, y troglodita, llena de frases y tópicos heredadas de tiempos antiguos y que a fecha de hoy se deberían de haber extinguido. Sin embargo, siguen presentes, porque el nivel mayoritario de la población es una cultura baja, muy baja o muy básica.

Por supuesto, sí tenemos grandes intelectuales en el país, tanto hombres como mujeres, con sus titulaciones, masters, experiencia, proyectos y empresas, en ingeniera, en física, en química, y muchos otros campos no mencionados, pero la cultura es la gran riqueza olvidada del país. Las televisiones y medios de comunicación no fomentan la cultura, y más bien hacen todo lo contrario, que es destruir la cultura. El gobierno autoritario durante la pandemia ha atacado dura y severamente la cultura, y sus subvenciones, ayudas o inversiones públicas económicas, están casi los últimos en la cola de prioridades en nuestro país.

Asumida la realidad, nos guste o no, sé que esta es la verdad cultural de nuestra país, y esta pobreza cultural genera sexismo, machismo, radicalismos y racismo.

En el sexismo, son típicos los comentarios sexistas que hablan de nabos, de melones, de peras, de pepinos y toda la frutería entera. Son típicos los comentarios de tópicos con los hombres, tópicos con las mujeres, piropos imbéciles de una inteligencia inferior a los antepasados trogloditas, y mil estupideces.

En sexo, son típicos los comentarios de los hombres que van se superhéroes, que si follan cada día, que si follan dos veces, que si les mide un metro, y otras tantas mil estupideces que, sumadas a las mil estupideces de antes, ya vamos por las dos mil estupideces.

En el machismo, son típicos los comentarios despectivos de estos atrasados analfabetos que se creen mejores por el mero hecho de ser hombres, y catalogan tareas, cualidades, habilidades y derechos, según sean hombre o mujer. Es patético y ridículo, pero esto todavía existe y ocurre en nuestro siglo.

Por supuesto, están los comentarios racistas, aunque sean en ese humor putrefacto, repugnante y estúpido, hablando de negros, de chinos, de rubios, y ya envalentados se burlan incluso de los pingüinos y los rubios y todo lo que se les aparece en su cerebro atrofiado.

Esta mierda de gente me da asco, y esos comentarios, conmigo, están prohibidos. Nadie de las personas presentes en la sesión fotográfica puede hacer ningún comentario imbécil de esos temas, o que pueda herir la sensibilidad de la modelo. Aquí no se habla de razas. Aquí no se habla de las tetas o del culo o de la polla de nadie. Aquí no se hace ni un solo chiste arcaico y analfabeto. Aquí no se hacen distinciones por ser hombre o por ser mujer. Están totalmente prohibidos.

"Por qué planteo estas normas"

Hay varias finalidades que son causas de estas normas.

La primera es velar por la seguridad de la modelo, por su integridad, su bienestar, su diversión, y su tranquilidad. La chica puede estar desnuda y atada, y en esos momentos de vulnerabilidad puede ser más sensible y susceptible a comentarios o situaciones que le provoquen incomodidad o inseguridad. Eso no puede pasar jamás, y siempre he dicho que la seguridad es imprescindible y obligatoria.

La segunda causa es velar también por mis derechos de autor. Es mi creación, es mi trabajo, es mi idea, son mis fotos, y por lo tanto tengo que crear un perímetro de seguridad suficiente para poder desarrollar la sesión con total normalidad y naturalidad.

La tercera causa es que la gente me da asco. Mis seguidores y seguidoras ya lo sabéis de siempre. Soy muy antisociable desde mi infancia ya, y no me fío de nadie jamás. No conozco al propietario. No somos amigos, ni tan siquiera conocidos, no tenemos relación, no vamos a ser amigos tampoco, y no creo en la gente. No me fio de nadie. No creo en nadie, y la seguridad en las sesiones bondage es imprescindible. Hay distintas coronas de seguridad, y el distanciamiento y la normativa es una de estas coronas.

La cuarta es velar por el respeto, la educación y el cumplimiento de las leyes españolas. Cualquier comentario podría incurrir en presuntas injurias, calumnias, delitos contra el honor, o incluso contra la intimidad, porque yo no doy permiso ni acceso a ver la sesión fotográfica en persona, y yo soy el que manda en la sesión de fotos. Es sólo un ejemplo, sin necesidad de añadir muchos otros detalles legales, que esto sería muy aburrido.

"Cuándo se plantean estas normas"

Siempre les planteo las normas a estos propietarios en el mismo momento que les pido permiso para hacer la sesión de fotos en su local, que suele ser días o semanas antes.

Las normas no son negociables. No se pueden negociar. Son innegociables. No están sujetas a ningún tipo de negociación. Las únicas partes negociables es en qué zona del local podemos hacer las fotos, y el horario y el día en el que se pueden hacer las fotos. Nada más.

No voy a hablar de cifras exactas, porque tampoco lo he contado durante todos los años que llevamos haciendo bondage, pero aproximadamente sólo un 5% de los locales con los que he hablado aceptan las normas.

Es curioso, porque mi normativa no le causa ningún daño al propietario. No rompemos nada de su local. No robamos nada. No pierde público porque es horario cerrado al público. No le representa ninguna pérdida. Nada. Simplemente, son normas que velan por una conducta ejemplar en respeto y en educación, por la seguridad de la modelo, y por garantizar el trabajo de mis fotos. Nada más. No hay ningún problema para los propietarios, y sin embargo tan sólo un mínimo 5% aproximadamente las aceptan.

En mi opinión, el por qué está muy claro. Son incapaces de estar callados y no hacer ningún comentario sexista, racista, o machista. Son incapaces de no asomarse para mirar las fotos. Son incapaces de no hacer la broma idiota y prehistórica sobre tetas o coños. Incumplir las normas es un riesgo muy alto y muy peligroso, y esto demuestra el vergonzoso y vomitivo nivel cultural de nuestro país en esta materia.

He de reconocer que hay otras dos razones por las cuales a veces no nos ponemos de acuerdo. Una de éstas es el plan económico. Me acuerdo de una peluquería que me pedía tres mil euros por tres horas. ¡Increíble! Esa avaricia enloquecida y enfermiza sólo conduce a un presente donde la peluquería ya está cerrada y en quiebra. ¡La avaricia rompe el saco! Es una frase muy antigua.

Hay varios locales que no me dieron permiso para hacer fotos esgrimiendo la razón de que en su negocio hacen clases de baile y actividades para menores, y les daba miedo que sus padres vieran las fotos bondage en su local y borraran a sus hijos del local. ¡Ningún problema! Me alegro por las respuestas positivas a mis peticiones, y acepto las respuestas negativas. Esto es libertad. Hay miles y miles de locales todavía por explorar.

"Qué ocurre ante el incumplimiento de normas"

La normativa expuesta y los acuerdos aceptados son una de las coronas de seguridad en toda sesión bondage, pero lógicamente hay el riesgo de que algún imbécil con menos cerebro que un mosquito, o que se cree invencible, lo incumpla.

Sin embargo, tal como os he dicho antes, y si habéis leído atentamente, he dicho que la seguridad se compone de varias coronas, y he dicho que la normativa es la primera de estas coronas. No es la única.

La normativa pretende simplemente estimular el sentido común, la inteligencia, el respeto, la educación, la modernidad, la convivencia y la legalidad, de la persona que tengo enfrente. Es para evitar problemas, errores o malinterpretaciones. Yo no dejo nunca margen a errores, y hablo muy claro y muy directo, con lo que el margen de malinterpretar algún comentario es cero.

La segunda corona de seguridad son una serie de cámaras que graban todo nuestro perímetro. Cualquier persona no autorizada que se acerque, se asome, hable o entre, quedará registrado grabado en imagen y audio a tiempo real, y cubrimos todo el lugar en todas direcciones. Si algo ocurre, quedará grabado, juntamente con nuestra capacidad jurídica, y eso también lo advierto siempre a los propietarios.

La tercera corona debe de tener respuesta rápida ante peligros amenazantes, pero esto ya es muy largo de explicar, y además todavía queda una cuarta y quinta corona, pero lo dicho, muy largo, y además es secreto personal.

De forma resumida, incumplir las normas es terriblemente peligroso y un grave problema que nadie quiere, porque te arruina la vida para la eternidad, y es mejor rechazar mi propuesta y denegar la sesión de fotos, que es lo que hacen el 95% de los locales.

"Experiencias desagradables"

Llevamos más de veinte años de experiencia, y en todo este tiempo sólo hemos tenido una experiencia inaudita, sorprendente y desagradable, que me hizo ser más severo con la normativa de seguridad, y que os la voy a explicar.

Ocurrío hace siete años, si no me equivoco recordando fechas de memoria. Tendría que mirarlo en los archivos fotográficos las fechas.

Habíamos ido a hacer fotos a un local con una modelo. Ya llevábamos un par de horas haciendo fotos. Íbamos a cambiar de posición bondage y equipamiento para poner a la modelo atada, y mientras preparábamos las nuevas cuerdas decidimos descansar unos minutos, porque así la modelo podía beber, comer, ir al lavabo a mear si quería, y en general reponer fuerzas.

Yo estaba preparando todo. La modelo había comido, y se fue al lavabo, pero en lugar de volver hacia nosotros, se fue hacia el despacho donde estaba el propietario, y me la encuentro vestida sólo con el conjunto de sujetador y braguita para la sesión fotográfica hablando con el propietario, ligando con él y en plan seductora.

Me quedé perplejo. Nunca en todos los años de experiencia me había ocurrido eso, y nunca me había imaginado que la modelo rompería unas normas pensadas para su seguridad y protección.

El propietario me explicó rápidamente que él no se había movido del despacho, que estaba allí sentado y la modelo había abierto la puerta y había entrado, y se había puesto a hablar con él. Fue algo inaudito, y entendí que él no era el culpable en ese caso concreto.

Desde aquel día, les explico siempre a las modelos en la reunión previa que tengo con ellas que las normas de seguridad están pensadas para su protección, para su seguridad, su intimidad, su tranquilidad, y es irracional, además de muy peligroso, quebrantar las propias normas que te protegen. Todas las chicas me responden siempre que ellas no harían eso jamás, y no ha ocurrido nunca más, pero fue una experiencia desagradable, molestosa e incómoda.

"Conclusiones"

Las experiencias en la búsqueda de locales interiores y las conversaciones con los propietarios son un termómetro infalible para ver que a esta sociedad le falta mucha cultura, todavía llena de prejuicios, tabúes, estigmas, miedos y controlada por lo apariencia de que dirán los demás o qué pensarán los demás.

También me ha demostrado estas experiencias que algunas ramas de nuestra cultura todavía están apoderadas por ese humor asqueroso y esos conceptos analfabetos con demasiados tintes machistas, racistas y sexistas, pero no es cuestión de temáticas, propuestas, ideas o proyectos. Es un problema de haber heredado una base cultural nefasta y horripilante, comprensible en aquel país empobrecido y limitado por las guerras, pero inconcebible en los tiempos presentes tan distintos.

Mi fórmula es muy sencilla. Yo no permito esas actitudes, ni a título personal ni profesional, y me alegro de ver que muchos de los locales con los que hablé ya están cerrados y arruinados. Con el paso de las generaciones espero ocurra lo mismo con estas conductas primitivas, y quedarán simplemente como un recuerdo histórico de los errores en la humanidad, otro más de entre los miles y miles de errores que acumulan durante toda su historia el ser humano, pero esto es la gente. Tampoco me sorprenden. De la gente no me sorprende nunca nada.

 

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